Cuando se trata de elegir empresas para invertir, el enfoque bottom-up se posiciona como una de las metodologías más efectivas. En un entorno donde cada detalle puede marcar la diferencia, adoptar el enfoque bottom-up no solo reduce el riesgo, sino que también abre la puerta a oportunidades que otros métodos podrían pasar por alto. ¿Es hora de cambiar tu perspectiva y empezar desde abajo?
En el post de hoy analizaremos en profundidad cómo el análisis bottom-up te puede ayudar a identificar mejores decisiones de inversión.
¿Qué es el enfoque bottom-up y cómo puede influir en tus decisiones de inversión?
El bottom-up es una de las metodologías de análisis de inversiones que destaca por su enfoque detallado y específico. Este se basa en buscar ideas de inversión a partir de aspectos cualitativos y cuantitativos de las empresas, a diferencia de enfoques como el top-down, donde las ideas surgen a partir de fundamentos macroeconómicos. El objetivo es identificar empresas sólidas con buen potencial de crecimiento y que permitan generar buenas rentabilidades independientemente del momento económico.
Ventajas de aplicar la metodología bottom-up
1. Independencia del entorno macroeconómico
Este método, permite encontrar ideas de inversión independientemente del entorno macroeconómico en el que nos encontremos. Esta menor dependencia surge debido a que el enfoque principal de este análisis se basa en los fundamentos específicos de las empresas individuales, como su modelo de negocio, ventajas competitivas, innovación, equipo directivo, productos y desempeño financiero. Todos estos son factores intrínsecos de las empresas y permiten generar descorrelación en entornos económicos complicados.
2. Enfoque en la calidad individual de las empresas
Este método permite a los inversores encontrar empresas de calidad a través de un enfoque detallado y exhaustivo que evalúa diversos aspectos fundamentales de cada compañía. Algunos de los factores que considera son el análisis de los estados financieros con métricas como los ingresos y el crecimiento de las ventas, el margen de beneficio, su deuda y apalancamiento. También tiene en cuenta el modelo de negocio, el moat o ventajas competitivas, el equipo directivo, la capacidad de innovación y adaptabilidad, la evaluación de riesgos, posición en el mercado, y por último, su valoración para determinar si está infravalorada y sobrevalorada.
3. Detección de oportunidades ocultas
Con otras metodologías de análisis podríamos pasar por alto oportunidades que con el enfoque bottom-up es mucho más difícil que suceda, ya que este se centra en el análisis exhaustivo de las empresas individuales.
Muchas veces encontramos empresas pequeñas y poco conocidas, pero que tras un buen análisis catalogamos como una buena oportunidad de inversión y que, en muchos casos, no está en el radar de analistas o grandes inversores.
4. Diversificación estratégica
Al seleccionar empresas de diferentes sectores, regiones o industrias, el análisis bottom-up permite construir carteras diversificadas. Esto reduce el riesgo de exposición a posibles shocks exógenos de algunas regiones o sectores específicos y permite que el rendimiento de la cartera no dependa exclusivamente de un sector o país.
Desventajas de aplicar la metodología bottom-up
1. Riesgo de sesgo o sobreconfianza
Si el inversor no es experimentado en este tipo de análisis, este podría llegar a desarrollar un sesgo hacia la empresa y subestimar riesgos o señales de advertencia, por eso es importante que este tipo de enfoque sea desarrollado por equipos expertos para no llevar a decisiones de inversión menos equilibradas.
2. Consumo intensivo de tiempo y recursos
El análisis bottom-up requiere un estudio profundo y detallado de cada empresa, lo que puede ser muy laborioso. Revisar estados financieros, investigar el modelo de negocio, evaluar la competencia y analizar la gestión directiva puede llevar mucho tiempo, especialmente si se analizan múltiples empresas.
3. Dificultad para evaluar empresas nuevas o disruptiva
En empresas emergentes es más complicado aplicar este tipo de análisis debido a la falta de historial financiero o datos confiables. Es por ello que complica su aplicación en empresas innovadoras o que aún no han alcanzado la madurez.
4. Dependencia de la calidad de la información
Este enfoque depende en gran medida de la calidad y precisión de la información disponible sobre la empresa. Si los datos son incompletos, incorrectos o manipulados (por ejemplo, en casos de fraude contable), las conclusiones del análisis pueden ser erróneas.
Conoce las principales diferencias entre las metodologías Bottom-Up y Top-Down
Bottom-up y el top-down, dos enfoques opuestos pero complementarios en el mundo de la inversión:
1. Punto de partida del análisis
Bottom-Up:
Comienza desde el nivel más específico, es decir, analizando empresas individuales. El enfoque se centra en los fundamentos de cada compañía, como su modelo de negocio, desempeño financiero, ventajas competitivas y potencial de crecimiento.
Top-Down:
Parte de un análisis macroeconómico general. Se estudian primero factores globales como el crecimiento económico, tasas de interés, políticas gubernamentales, tendencias sectoriales y condiciones del mercado. Luego, se filtran sectores o regiones prometedoras antes de seleccionar empresas específicas.
2. Prioridad del análisis
Bottom-Up:
La prioridad es identificar empresas con fundamentos sólidos, independientemente de las condiciones económicas o del sector en el que operen. Por ejemplo, una empresa en un sector en declive podrá ser una buena oportunidad.
Top-Down:
La prioridad es identificar sectores, regiones o tendencias macroeconómicas favorables. Una vez identificados, se seleccionan las empresas que mejor se ajusten a esas condiciones.
3. Dependencia del entorno macroeconómico
Bottom-Up:
Es menos dependiente de factores macroeconómicos. Aunque no los ignora, el análisis se enfoca en la calidad intrínseca de las empresas. Esto lo hace útil en mercados volátiles o inciertos.
Top-Down:
Está altamente influenciado por el contexto macroeconómico. Si las condiciones generales del mercado o la economía cambian, las decisiones de inversión pueden verse afectadas.
4. Horizonte de inversión
Bottom-Up:
Suele ser más adecuado para inversiones a largo plazo, ya que se basa en el potencial de crecimiento y la fortaleza de las empresas.
Top-Down:
Puede ser útil tanto a corto como a largo plazo, dependiendo de las tendencias macroeconómicas o sectoriales identificadas.
5. Nivel de detalle
Bottom-Up:
Requiere un análisis profundo y detallado de cada empresa, lo que puede ser más laborioso, pero también más preciso.
Top-Down:
Es más amplio y general, ya que se enfoca primero en tendencias globales antes de profundizar en empresas específicas.
Así es el enfoque bottom-up que aplicamos en Hamco AM
En Hamco AM aplicamos un enfoque bottom-up en la generación de ideas de inversión, basándonos en un análisis exhaustivo dividido en dos fases: cuantitativa y cualitativa.
1. Fase Cuantitativa: Filtrado y Análisis Preliminar
El proceso comienza con un screening apoyado en Bloomberg, a través del cual identificamos un primer conjunto de empresas de interés. A continuación, estas empresas pasan por un primer filtro en Excel, donde analizamos estimaciones de rentabilidad, múltiplos de valoración, histórico de rentabilidades y una evaluación preliminar del riesgo-rentabilidad.
Posteriormente, realizamos un análisis más detallado en una plantilla financiera específica. En esta etapa, estudiamos el comportamiento de la empresa en los últimos 20-25 años, revisando sus estados financieros, evolución del número de acciones, estructura accionarial y líneas de negocio. También examinamos problemas pasados y el valor generado a lo largo del tiempo, así como su situación de balance. Prestamos especial atención a quienes son los dueños de las empresas y la calidad del equipo directivo. Este análisis nos permite decidir si la empresa merece un estudio más profundo por parte de nuestros analistas.
2. Fase Cualitativa: Análisis en Profundidad
Si la empresa supera la fase cuantitativa, uno de nuestros analistas realiza un estudio detallado, que puede prolongarse durante semanas o incluso años si la empresa entra en cartera o nos gusta a largo plazo. En esta fase, prestamos especial atención a:
- El análisis de los estados financieros, con énfasis en los años más recientes y los momentos de crisis.
- La comprensión del negocio y su sector.
- La evaluación del equipo directivo, su historial y las decisiones clave tomadas.
- La identificación de los motivos por los cuales la empresa está infravalorada.
- Perspectivas a medio y largo plazo y su potencial de revalorización.
A partir de este análisis, obtenemos precios objetivo a 3 y 10 años, estimando las rentabilidades esperadas. En Hamco Global Value Fund, buscamos rentabilidades anualizadas superiores al 30% en 3 años.
3. Contacto con la Empresa y Toma de Decisión
Durante el análisis, el analista contacta con la empresa para profundizar en la comprensión del negocio y resolver dudas clave. Tras ello, emite una recomendación de compra o inclusión en la lista de seguimiento.
Si la recomendación es de compra, la idea se presenta en el Comité de Inversión, que se reúne mensualmente. Allí, el analista defiende su tesis de inversión y, si se aprueba, la empresa se incorpora a la cartera del fondo.
Como se puede observar, nuestro análisis no sigue un enfoque top-down, sino estrictamente bottom-up. Analizamos cada empresa de manera individual, sin partir de un análisis macroeconómico o sectorial. No obstante, en ocasiones, al encontrar una empresa interesante en un sector o país específico, podemos identificar oportunidades adicionales dentro de ese ámbito. Sin embargo, el punto de partida siempre es el estudio detallado de una empresa concreta.
Adoptar el enfoque bottom-up en tus decisiones de inversión puede marcar una gran diferencia en tus resultados. Al centrarte en los fundamentos de cada empresa, tienes la oportunidad de descubrir activos con un mayor potencial que otros métodos podrían pasar por alto. Este análisis detallado no solo te ayuda a identificar oportunidades únicas, sino que también reduce riesgos al basar tus decisiones en datos sólidos y específicos. En un mercado tan dinámico, elegir con precisión puede ser la clave para alcanzar tus objetivos financieros.